La creación siempre se encuentra a nuestro alrededor. En ella hay vida. Si se crea algo, entonces debe de existir su creador.
Sin embargo, la mayoría de las personas niegan al Creador, aunque la prueba de nuestro Creador está delante de nosotros.
Hoy, con la presentación titulada: “Dios Elohim: el carácter distintivo de los Creadores”, entendamos mediante la creación de Dios Elohim, que es el Creador de todas las cosas.
Todos los creadores tienen su carácter distintivo. Significa que tiene su propio estilo, patrón, que colocan intencionalmente en su creación. Es lo mismo con ingenieros, arquitectos e incluso artistas.
Probablemente conocerán la pintura La Mona Lisa. Su creador es Leonardo da Vinci, un renombrado y famoso artista. Si observamos el uso del color, la expresión facial y el fondo de la pintura, podemos notar que da Vinci tiene cierto estilo. Es su propio carácter.
La siguiente pintura es llamada El jugador de cartas. ¿Creen que este también es un cuadro de da Vinci? No, el estilo es diferente y el patrón es totalmente distinto. Esta pintura fue hecha por Pablo Picasso. El estilo de Picasso es abstracto. Podemos notar que tiene un estilo diferente, un patrón diferente que el de da Vinci.
Otro cuadro se llama La noche estrellada.
¿Se parece a una pintura de da Vinci o de Picasso? No, muestra un estilo y un patrón diferentes. Este cuadro fue pintado por Van Gogh. Si lo observan, encontrarán que tiene el patrón único de él.
Van Gogh usó remolinos para el fondo y es conocido por usar mucha pintura como si exprimiera tubos de pintura y manchara con ella el lienzo.
Entonces, les haré preguntas.
¿Quién es el creador de este cuadro? (Picasso)
Es correcto. Claramente reconocen a su creador por su patrón.
Damas y caballeros, ¿quién pintó este cuadro? (Van Gogh)
Si, exacto.
Es la última pintura. Ya que no hay más opciones, creo que todos elegirán bien.
¿Quién pintó este cuadro? (Da Vinci)
Sí, todos obtienen 100 puntos. Todos reconocieron claramente la identidad del creador a través de su creación.
Hasta ahora solo vimos sobre pintores, ¿pero qué hay del verdadero Creador? ¿Quién creó el universo, la Tierra y todos los vivientes? Así como al encontrar el patrón de los pintores podemos descubrir quién es el creador de una pintura, a través de la creación podemos darnos cuenta del Creador.
“porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”
Ro. 1:19-20
Por tanto, si observamos bien la creación, nos daremos cuenta de su Creador.
¿Alguien sabe qué tienen en común estas cuatro imágenes? La galaxia, las hojas de la planta, el rostro humano y el ADN. A simple vista parecen no tener ninguna relación. Pero si observamos detenidamente, veremos que todas tienen el mismo patrón, estilo y carácter distintivo hechos por su creador.
Entonces, ¿cuál es el patrón? Están relacionados por la sucesión de Fibonacci, que es el número común que se ve en las imágenes. La sucesión de Fibonacci se encuentra fácilmente en la naturaleza y se define como una serie de números en los que un número en la serie es la suma de los dos números anteriores.
En pocas palabras, (0 + 1 = 1) (1 + 1 = 2) (2 + 1 = 3) (2 + 3 = 5) (3 + 5 = 8)… así sucesivamente hasta el infinito. Lo que es realmente especial es la relación entre los números en la secuencia. Se denomina número áureo o divina proporción. Los números están relacionados por phi (1,618). A medida que los números se incrementan más y más en la serie, se acercan más a la proporción áurea. Estos números y la proporción áurea han sido observados por matemáticos, científicos y filósofos a lo largo de la historia.
Porque la proporción áurea se encuentra en la naturaleza. Lo que se debe abordar es que ningún científico ni matemático creó la proporción áurea. Ya había sido hecha por el Creador. Cuando estudiamos la creación, podemos ver claramente el patrón, estilo y carácter distintivo del Creador.
Cuando vemos la sucesión de Fibonacci en términos de cuadrados trazados, también podemos encontrar la espiral de Fibonacci. Si observan detenidamente verán que todos los cuadrados tienen un valor numérico en la sucesión de Fibonacci. Si trazan un arco entre los cuadrados y siguen conectándolos, obtienen la espiral de Fibonacci. Podemos reconocer claramente a nuestro Creador por medio de la creación, en la que se observan la sucesión de Fibonacci, la proporción áurea y la espiral de Fibonacci.
El cuerpo humano
No necesitamos mirar fuera de nosotros mismos para encontrar la proporción divina. El cuerpo humano está formado por la proporción áurea. Los tres segmentos de nuestro dedo, de mano a antebrazo y de antebrazo a hombro también siguen la proporción divina. Asimismo, el rostro humano se ve más atractivo a medida que vaya de acuerdo con ella.
La naturaleza
No solo el cuerpo humano, sino también en la naturaleza. 4Las protuberancias de la semilla del pino crecen 8 espirales en sentido horario y 13 espirales en sentido antihorario, siguiendo la sucesión de Fibonacci. El girasol también crece en la proporción áurea como 21, 34, 55, en espirales desde el centro.
En términos biológicos, esta forma de crecer maximiza el espacio en el que pueden crecer las semillas, permitiendo que la planta produzca la mayor cantidad de semillas en un espacio limitado. Significa que crecer en la proporción áurea aumenta al máximo la capacidad de producción de las plantas.
Lo mismo sucede con las piñas.
Numerosas plantas crecen en la proporción áurea, lo cual les permite aumentar la exposición a la luz solar y el consumo de agua.
Viendo desde una perspectiva más amplia, los desastres naturales como los huracanes están en espiral en la proporción áurea. Los anillos de Saturno también se formaron en la divina proporción.
Miremos aún más ampliamente. Las galaxias de espiral que están girando en el universo, están en espiral en la misma secuencia que encontramos en la naturaleza en la Tierra. El patrón que se encuentra en el ADN, las criaturas de la Tierra y la rotación de la galaxia está en el mismo patrón, con el mismo carácter distintivo.
Lo más sorprendente es que nosotros, los seres humanos, existimos dentro de esta creación, por lo que no podemos evitar estar también dentro de este mismo patrón.
Juzgamos los objetos y la belleza de acuerdo con esta divina proporción. Esta es la razón por la que las empresas diseñan logotipos que encajan dentro de la proporción áurea, para que resulten más atractivos para la gente.
¿Por qué nos atrae este patrón? Para responder, debemos considerar quién tenía autoridad sobre el cuerpo humano, el ADN, la naturaleza, los huracanes e incluso la galaxia. ¿Puede un hombre atreverse a decir que lo hizo? ¿Puede algún científico decir que diseñó la galaxia y el ADN? El único que lo puede crear es Dios Todopoderoso.
Visualicemos un vídeo corto para entenderlo más claramente.
Mediante este vídeo, hemos confirmado que nuestro Creador tiene su propio patrón y carácter distintivo.
“… He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener; …”
2 Cr. 8
Nadie puede atreverse a decir que tiene dominio sobre estas cosas. El único es nuestro Dios. Si aprendemos los patrones de una obra, nos daremos cuenta de quiénes son sus creadores, sin necesidad de ver los nombres Picasso o da Vinci.
Del mismo modo, no necesitamos ver “Hecho por Dios” escrito en la galaxia o en una hoja o grabado en nuestro ADN. Porque el patrón mismo nos está gritando, así que debemos prestar atención.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. … No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras. …”
Sal. 19:1-4
La creación está gritando a todas las personas. No lo hacen con palabras; su misma existencia les anuncia quién es el Creador.
“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
Ap. 4:11
El patrón y el carácter distintivo de las cosas no fueron hechos por alguna coincidencia.
Todos contienen la voluntad del Creador Todopoderoso. Se dice que Picasso dibujaba muy bien retratos realistas. Pero eligió el estilo abstracto porque quería inspirar emociones, es decir, no fue error ni coincidencia.
En la creación, desde lo más pequeño como el ADN hasta lo más gigante como la galaxia, tienen el mismo carácter. Es la voluntad del que los hizo. No es suficiente solo reconocer a Dios, sino específicamente hay que saber cuál es la identidad de nuestro Creador.
En Gn. 1:26, Dios Elohim es el Creador, y dijo: “Hagamos”. Génesis 1:26 es el testimonio sobre Dios Elohim el Creador. Dios Elohim dijo: “Hagamos a nuestra imagen”. Significa que Dios el Creador no es singular, porque Dios creó al hombre a imagen y semejanza plural de Dios Elohim.
Entonces, ¿cuál es esta imagen plural?
En Gn. 1:27, el hombre fue creado a imagen de Dios Elohim, de lo cual resultaron varón y hembra.
Esto muestra que Dios Elohim tiene imagen masculina e imagen femenina, y nosotros, las criaturas, fuimos hechos a su imagen y semejanza. Entonces, ¿cuál es la identidad de Dios Elohim el Creador, cuya imagen es masculina y femenina?
Es nuestro Padre y nuestra Madre celestiales; son los Dioses Creadores que pusieron su patrón y carácter distintivo dentro de toda la creación. La Biblia dice que esta providencia de la creación es para que podamos reconocer con seguridad al Creador.
Sorprendentemente, ya que estamos hechos a imagen de Dios, podemos reconocer en nosotros la imagen de Dios. Los peces, las aves y los animales también fueron creados por Dios, pero no hechos a su imagen.
Los seres humanos estamos hechos a imagen de Dios Elohim, de modo que los humanos pueden ver el carácter distintivo de Dios Elohim contenido en su creación. Nuestro Padre y nuestra Madre hicieron todas las cosas según su voluntad y, sobre todo, todavía están creándonos a los que los recibimos, para que también seamos perfectos y estemos listos para entrar en el cielo.
Deseo que toda la humanidad reconozca al Creador mediante la clara evidencia que todas las cosas testifican, y reciban a nuestro Padre y a nuestra Madre celestiales, que son la fuente del bien, la paz, la alegría y el amor.